El rescate del “dolor original” permite la recuperación facilitando el sentir de ciertas emociones contenidas durante nuestro pasado.
Paul Mac Lean nos habla del cerebro “ternario” , el reptilico o visceral, el paleo-mamifero o de las sensaciones y el más sofisticado, el neocortex o pensante; el mismo sostiene que, a pesar que estos sistemas cerebrales son independientes, se mantienen interconectados entre si y se complementan para mantener un mínimo equilibrio entre los tres, y lo cual le permitiría mantener a un umbral mínimo, el nivel de aflicción dolorosa.
Por lo general esta armonía se re-construye cada vez que es necesario y cuando nos aquejan las aflicciones ocasionales de la vida (una bronca, una perdida, un hecho violento, etc); aún más, cuando se incrementa nuestro grado de aflicción a niveles altos, contamos con nuestras propias defensas para mantener ese equilibrio en el sistema “ternario” y es cuando lo canalizamos a traves, del llanto, la ira, la sudoracion, etc, etc
Ahora cuando se inhiben las emociones o cuando la presión que sentimos es insoportable y crónica , es cuando el sistema “ternario” del cerebro se enferma y auto-genera sus propias defensas que denominamos “defensas del ego”.
Huellas cerebrales:
Las huellas cerebrales o huellas mnemicas para los terapeutas adquieren sentido dentro de esta investigacion, si pensamos que cuanto mas pronto o temprano son inhibidas las emociones, es cuando mas profundo y grave es el daño psico-fisico que se produce.
Algunas investigaciones cientificas han demostrado que el cerebro visceral predomina en el feto durante las ultimas etapas de un embarazo y en el periodo posnatal del bebé, además que el sistema limbico comienza a operar durante los primeros seis meses de vida, y eso podria hacer que el cerebro emocional produzca el primer y fundacional vinculo afectivo, y por último que el neocortex todavia permanece desarrollandose durante nuestros primeros años, y ese cerebro pensante necesita estimulación adecuada.
Robert Isaccson sostiene que resulta difícil des-arraigar los recuerdos traumaticos porque fueron fijados por reacciones que nos han salvado la vida, es el cerebro visceral el que aprende y dificilmente olvida, es por eso que el trauma dura por tiempo indefinido; además las experiencias dolorosas se graban de tal manera en nuestro cerebro que el mismo se encuentra cada vez mas apto para reconocer como dolorosos aquellos estimulos que para otros no son trascendentes.
Las puertas del ego:
Ronald Melzack, cientifico canadiense de la Universidad de McGill, que luego se especializara en investigar el dolor, y en particular la investigacion sobre lo que el denominara el “miembro fantasma” en caso de amputaciones; a raiz de ello realizó varias investigaciones tambien con su colega norteamericano David Wall. Nos habla de cierta reaccion biologico-adaptable que provoca el cerebro y que le permite inhibir o minimizar el dolor psico-emocional en situaciones extremas, que son las endorfinas.
Tambien Melzack como psicologo y desde otro lugar, tambien denomina a estas defensas que levanta nuestro cerebro, y las denomina “puertas neuronales”, éstas se abren o cierran en nuestro sistema cerebral para interconectarse o no, entre el visceral, sensorial y el racional; entonces lo que los terapeutas llamamos represión, es posible que ocurra justamente en la “puerta” que está entre el cerebro que piensa y que siente, o sea que cuando el dolor emocional en el sistema limbico alcanza el punto mas alto, algun mecanismo que podriamos llamar “pensamiento automatico” cierra la puerta con el neocortex por ejemplo.
Freud nos habla de esas defensas del ego que permiten enmascarar el dolor psiquico del inconsciente, buscando en el consciente “razonar o justificar” lo que me pasa a traves de diferentes mecanismos como: racionalizar, analizar, explicar y minimizar, etc
Ante el dolor psiquico profundo ese neocortex activa estos mecanismos de defensa desde lo psiquico, pero esa carga psiquica, o señales neurologicas no se van, sino que continuan “viajando dentro de una especie de “circuito cerrado” que esta alojado en el circuito limbico; esto tal vez, explicaría determinados brotes psicoticos que afloran y que en principio parecen des-conexos.
El dolor original:
La energia del trauma original permanece y genera tension en todo el sistema psico-biologico, porque el dolor original no ha sido aun resuelto; rescatar el dolor original es lo que Carl Jung denomina el “sufrimiento legítimo”.
Tengamos en cuenta que la afliccion es el sentimiento que comprende todo tipo de emociones humanas y que ese dolor o sufrimiento no puede ser descargado o desahogado por ninguno de estos sentimientos (ira, alegria, tristeza, miedo, etc).
O sea que llamamos dolor original a aquel dolor en el que recalan todos los otros dolores o conflictos no resueltos y que acumulan energia (+ o -) en el tiempo.
Por lo tanto el buen terapeuta debe ir siempre al “rescate” del dolor original o por lo menos intentarlo utilizando sus mejores estrategias terapeuticas.
0 Comentarios